Wednesday, September 10, 2008
Mentira
Con suaves golpes llamé a su puerta.
Apareció pronto en el umbral.
Un tibio beso fue su saludo, mientras penetraba al interior de su casa.
Sus labios nuevamente se acercaron a los míos, mientras mis manos se aferraban a su cuello, apretándolo no se por cuanto tiempo.
Hasta que cayó a mis pies.
Sin vida.
Yo le había mentido.
No la había perdonado.
Apareció pronto en el umbral.
Un tibio beso fue su saludo, mientras penetraba al interior de su casa.
Sus labios nuevamente se acercaron a los míos, mientras mis manos se aferraban a su cuello, apretándolo no se por cuanto tiempo.
Hasta que cayó a mis pies.
Sin vida.
Yo le había mentido.
No la había perdonado.